Ubicada en una parcela tranquila y espaciosa, esta hermosa propiedad mallorquina le ofrece una cálida bienvenida. Entre y explore las habitaciones decoradas con esmero, en las que las vigas de madera bien cuidadas, las paredes de piedra natural y los espléndidos muebles tradicionales crean un ambiente auténtico. Prepare deliciosos platos en la amplia cocina, charle en uno de los muchos y acogedores sofás o retírese a su rincón favorito para leer tranquilamente.
Puede refrescarse desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la cálida noche de verano en la hermosa piscina protegida. Escuche el canto de los grillos mientras se relaja en las cómodas tumbonas y disfrute de acogedoras noches de barbacoa con vino y velas.
Suba hasta el monasterio de Sant Salvador, donde disfrutará de una impresionante vista panorámica de la isla. Pasee por el encantador casco antiguo, donde fachadas centenarias esconden magníficos palacios municipales y pequeñas galerías de arte, y deguste los productos locales en el colorido mercado dominical. Haga una parada en un acogedor restaurante del tranquilo puerto de Portocolom y sumérjase en las aguas turquesas de una de las muchas pequeñas bahías de la costa este. Los amantes del vino sacarán partido a su dinero en la bodega Ànima Negra.