En esta confortable casa de vacaciones, cerca de la frontera franco-belga, le espera un relajante descanso con sus seres queridos. Las grandes cristaleras dejan entrar mucha luz natural en las habitaciones amuebladas con gusto y abren la vista a un acogedor jardín. Disfrute de una comida armoniosa y planifique el día que tiene por delante. El salón dispone de una acogedora zona de sofás donde podrá ponerse cómodo por la noche con un buen libro o un juego de mesa.
El jardín protegido invita a toda la familia a quedarse. Sirva cruasanes recién horneados por la mañana en la acogedora terraza de madera mientras los niños juegan en la casa del árbol, y disfrute de acogedoras veladas de barbacoa con vino y a la luz de las velas.
Pasee hasta la playa por la mañana para darse un refrescante baño o contemple cómo cobra vida la encantadora ciudad costera tomando un café en el centro. Divierta a los niños en el parque de atracciones Plopsaland, a sólo unos minutos en coche, o en las atracciones acuáticas de Plopsaqua. También podrá descubrir las playas de Zuydcoote, Malo-les-Bains y Grand-Fort-Philippe, y pasear por la encantadora ciudad de Dunkerque.